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Más de mil millones de personas viven con trastornos de ‎salud mental: urge ampliar los servicios


2025-09-02
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OMS

Los trastornos de salud mental, como la ansiedad y la depresión, son muy frecuentes en todos los países y grupos poblacionales, y afectan a todas las edades y todos los niveles de ingresos

Imagen: WHO / Christopher Black   Más de mil millones de personas viven con trastornos de ‎salud mental: urge ampliar los servicios

2 de septiembre de 2025

De acuerdo con los nuevos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas padecen trastornos de salud mental. Algunas de estas afecciones, como la ansiedad y la depresión, generan enormes costos humanos y económicos. Aunque muchos países han reforzado sus políticas y programas de salud mental, es preciso aumentar la inversión y la acción en todo el mundo para ampliar los servicios destinados a proteger y promover la salud mental de las personas.

Los trastornos de salud mental, como la ansiedad y la depresión, son muy frecuentes en todos los países y grupos poblacionales, y afectan a todas las edades y todos los niveles de ingresos. Constituyen la segunda causa de discapacidad prolongada, aumentan el número de años de vida saludable perdidos, generan gastos en atención de salud para las personas y las familias afectadas y ocasionan pérdidas económicas sustanciales en todo el mundo.

Estas son las conclusiones de dos informes —World mental health today y Mental health atlas 2024— que, si bien reseñan algunos progresos, revelan también importantes deficiencias en la respuesta mundial a estos trastornos. Ambos informes son fundamentales para orientar las estrategias de los países y entablar un diálogo internacional antes de la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre las enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental y el bienestar, que tendrá lugar en Nueva York el 25 de septiembre de 2025.

El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, ha afirmado: «La transformación de los servicios de salud mental es uno de los desafíos más urgentes para la salud pública. Invertir en salud mental significa invertir en las personas, las sociedades y las economías. Es una medida que ningún país puede permitirse descuidar: todos los gobiernos y dirigentes tienen la responsabilidad de actuar con urgencia y garantizar que la atención a la salud mental no se considere un privilegio, sino un derecho básico para todos».

Datos principales del informe World mental health today

Este informe muestra que, aunque la prevalencia de los trastornos de salud mental puede variar en función del sexo, las mujeres resultan desproporcionadamente afectadas en conjunto. Además, revela que los trastornos más habituales tanto en las mujeres como en los hombres son la ansiedad y la depresión.

El suicidio sigue siendo un problema devastador: se calcula que, en 2021, fue la causa de unas 727 000 defunciones. Se trata de una de las principales causas de defunción entre los jóvenes de todos los países y contextos socioeconómicos. Pese a los esfuerzos realizados en todo el mundo, la reducción conseguida de la mortalidad por suicidio no basta para alcanzar la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas consistente en reducir en un tercio los índices de suicidio de aquí a 2030. Si se mantiene la tendencia actual, solo se logrará una reducción del 12 % para esa fecha.

El impacto económico de los trastornos de salud mental es enorme. Aunque los costos directos en atención de salud son considerables, los indirectos son mucho mayores, sobre todo debido a la pérdida de productividad. Por sí solas, la depresión y la ansiedad cuestan a la economía mundial alrededor de un billón de dólares estadounidenses al año.

Estos datos ponen de manifiesto la necesidad urgente de mantener la inversión, dar mayor prioridad a la salud mental y fomentar la colaboración multisectorial para ampliar el acceso a la atención, reducir la estigmatización y abordar las causas profundas de estas afecciones.

Datos principales del Mental health atlas 2024

Desde 2020, los países han mejorado significativamente sus políticas y planes de salud mental. Muchos han actualizado sus políticas, han adoptado enfoques basados en los derechos y han potenciado las actividades de preparación para brindar apoyo en la esfera de la salud mental y psicosocial durante las emergencias sanitarias.

Sin embargo, estos progresos no se han traducido en reformas legales. Pocos países han promulgado o aplicado leyes sobre la salud mental basadas en los derechos, y solo el 45 % de los países señaló que su legislación cumplía plenamente las normas internacionales de derechos humanos.

El Atlas revela una preocupante falta de aumento de la inversión en salud mental. El promedio del gasto público en este ámbito sigue siendo apenas el 2 % del presupuesto total en salud, un porcentaje que no ha variado desde 2017. Además, se observan marcadas disparidades entre países: mientras que los de ingresos altos gastan USD 65 por persona en salud mental, los de ingresos bajos dedican a ello apenas USD 0,04. El promedio mundial de trabajadores de la salud mental es de 13 por cada 100 000 habitantes y se observan graves carencias en los países de ingresos bajos y medianos.

La reforma y el desarrollo de los servicios de salud mental avanzan lentamente. Menos del 10 % de los países han completado la transición a modelos de atención comunitaria, y la mayoría sigue todavía en las fases iniciales. La atención hospitalaria continúa dependiendo en gran medida de los hospitales psiquiátricos. Casi la mitad de los ingresos hospitalarios se llevan a cabo sin el consentimiento del paciente y más del 20 % conllevan estancias superiores a un año.

En cambio, se observa una mayor integración de la salud mental en la atención primaria: el 71 % de los países cumple al menos tres de los cinco criterios de la OMS a este respecto. Con todo, sigue habiendo deficiencias en los datos, ya que solo 22 países aportaron información suficiente para calcular la cobertura de servicios de atención a las psicosis. En los países de ingresos bajos, se presta atención a menos del 10 % de los afectados, mientras que este porcentaje es superior al 50 % en los de ingresos altos, lo que evidencia la necesidad urgente de ampliar el acceso y reforzar la prestación de servicios.

Un dato alentador es que la mayoría de los países informó de que aplica iniciativas funcionales de promoción de la salud mental, como programas de desarrollo en la primera infancia, de salud mental en las escuelas y de prevención del suicidio. Más del 80 % de los países ofrece actualmente apoyo a la salud mental y psicosocial como parte de la respuesta a las emergencias, frente al 39 % en 2020. También ha aumentado la disponibilidad de servicios ambulatorios de salud mental y de telemedicina, aunque el acceso a ellos sigue siendo desigual.

Un llamado mundial a intensificar la acción en la esfera de la salud mental

Aunque se han registrado avances alentadores, los datos recientes indican que los países siguen muy lejos de alcanzar los objetivos fijados en el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental de la OMS.

La OMS insta a los gobiernos y a los asociados mundiales a redoblar con urgencia sus iniciativas para transformar de forma sistémica los servicios de salud mental en todo el mundo, entre ellas:
• una financiación equitativa de los servicios de salud mental;
• reformas jurídicas y normativas que garanticen los derechos humanos;
• una inversión sostenida en el personal de salud mental; y
• la ampliación de la atención comunitaria centrada en las personas.

Fuente: https://www.who.int/es/news/item/02-09-2025-over-a-billion-people-living-with-mental-health-conditions-services-require-urgent-scale-up

 

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