Colombia: El Acuerdo de Paz sigue siendo el instrumento para prevenir más ciclos de conflicto

El agravamiento de la crisis humanitaria en el Catatumbo refleja las deficiencias en la implementación del Acuerdo, dice el representante especial en el país. No obstante, destaca la “testarudez” de Colombia en su búsqueda de la paz mediante soluciones negociadas. La canciller colombiana refrenda el compromiso del país con la paz.
22 Abril 2025
En un contexto de creciente tensión en zonas como el Catatumbo, el Cauca y el Chocó, en Colombia, donde la violencia, la pobreza y las economías ilícitas persisten, el Acuerdo de Paz de 2016 sigue sigue siendo un instrumento aún vigente y crucial para la transformación estructural del país, sostuvo este martes el representante especial de la ONU para ese país.
Carlos Ruiz Massieu presentó al Consejo de Seguridad de la ONU el más reciente informe trimestral del Secretario General sobre Colombia, que destaca los logros, desafíos y oportunidades del proceso de implementación del Acuerdo.
El informe señala que la reciente violencia y el agravamiento de la crisis humanitaria en el Catatumbo refleja las deficiencias acumuladas en la implementación del Acuerdo.
“Si se hubiera implementado de manera más profunda en los últimos ocho años, no tendríamos hoy situaciones como las que se viven en el Catatumbo o el Cauca”, dijo Ruiz Massieu.
Un país diferente tras la firma del Acuerdo
El también jefe de la Misión de Verificación de la ONU en esa nación, agregó, no obstante, que Colombia es hoy un país diferente al de antes de la firma del Acuerdo, con niveles de violencia más bajos que durante el punto álgido del conflicto armado y con avances políticos, institucionales y sociales significativos.
Entre los grandes progresos transformadores, citó la creación de un sistema de justicia transicional centrado en la verdad, la reparación y la reconciliación, recordando que la Jurisdicción Especial para la Paz, establecida en 2017, ha imputado a responsables de crímenes graves y ha escuchado a miles de víctimas.
La expectativa ahora se centra en la emisión de las primeras sentencias restaurativas, para las cuales el Gobierno ya prepara las condiciones de ejecución.
Asesinato de firmantes del Acuerdo
Frente al asesinato de 23 firmantes del Acuerdo en lo que va del año, Ruiz Massieu subrayó la urgencia de fortalecer la protección de los excombatientes, y advirtió que no hacerlo pone en riesgo el proceso de reintegración.
Pese a esas agresiones, unos 12.000 exmiembros de las FARC-EP siguen comprometidos con la legalidad y participan activamente en proyectos productivos, matizó.
Lento avance de la reforma rural
Con respecto a las reformas estructurales, como la reforma rural integral, reportó que avanzan más lento de lo esperado y que si bien hay adelantos en la formalización de tierras, la desigualdad histórica en el campo sigue siendo un reto pendiente.
Asimismo, el fracaso parcial de la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos, por falta de cumplimiento estatal, ha limitado su impacto.
Falsa dicotomía entre paz y seguridad
El enviado de la ONU alertó de que no se debe caer en una falsa dicotomía entre paz y seguridad, argumentando que la solución duradera exige acciones complementarias en ambos frentes: garantizar la presencia integral del Estado y desmantelar los grupos armados ilegales.
La reciente adopción de la política de seguridad para el desmantelamiento de estos grupos y el impulso a los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial son pasos adecuados en esa dirección.
Búsqueda de paz con soluciones negociadas
Ruiz Massieu resaltó la resiliencia “o casi testarudez” de Colombia en su búsqueda de la paz a través de soluciones negociadas, así como el respaldo internacional constante.
“Colombia demuestra lo que se puede lograr cuando se conjuga la voluntad de las partes con un amplio apoyo global”, apuntó.
Finalmente, insistió en que aún estamos a tiempo de utilizar el Acuerdo de Paz como un instrumento vigente y necesario para superar los recientes brotes de violencia y “prevenir la repetición de ciclos de conflicto en Colombia”.
Que “vivir valga más que morir”
La sesión del Consejo de Seguridad contó con la presencia de la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Laura Camila Sarabia, quien hizo un llamado enfático a mantener viva la esperanza y a construir una sociedad donde “vivir valga más que morir”.
La canciller colombiana declaró que, a pesar de los errores del pasado y la herencia de décadas de conflicto, una nueva generación de colombianos sigue soñando con un país en paz.
“No se trata de un eslogan”, afirmó, al referirse a la propuesta de Colombia como “potencia mundial de la vida”, sino de una transformación profunda que compromete al Estado, la ciudadanía y la comunidad internacional.
Adelantos y asuntos pendientes en la implementación del Acuerdo
Sarabia listó una serie de adelantos en la implementación del Acuerdo de Paz de 2016, entre ellos la adjudicación de más de 133.000 hectáreas de tierras, el financiamiento territorial por más de 2400 millones de dólares para municipios históricamente afectados por la guerra, y la reincorporación activa de más de 12.000 firmantes del Acuerdo.
Asimismo, refirió que se han registrado avances en regiones clave como el Catatumbo, Nariño y el Cañón del Micay, donde la presencia institucional ha comenzado a desplazar a los actores armados.
La ministra reconoció los desafíos pendientes, especialmente en materia de seguridad para los excombatientes y las comunidades más vulnerables.
“Los firmantes han quedado en medio de una violencia que amenaza con hundirnos en más años de desasosiego”, lamentó.
Compromiso inequívoco de Colombia con la paz
Sin embargo, aseguró que el compromiso de Colombia con la paz es inamovible, y solicitó al Consejo de Seguridad y a la comunidad internacional mantener su respaldo firme al proceso, al considerar que su apoyo “se convierte en la piedra angular” para garantizar la sostenibilidad de la paz.
No venimos a pedir indulgencias, “sino a renovar el compromiso de Colombia con la paz. Con el respaldo de esta comunidad, convertiremos la paz en un legado, no en una promesa pendiente (…) Hablar de paz en Colombia es hablar de dignidad, de memoria y de futuro (…) Que la paz de Colombia nos una”, puntualizó Sarabia.