Ante la contracción de la financiación, ACNUR lanza un llamamiento urgente para proteger a mujeres y niñas de la creciente violencia
Los programas para proteger a las refugiadas, particularmente a las adolescentes, del matrimonio infantil y otras formas de violencia también han sido suspendidos, poniendo a más de 2.000 de ellas en riesgo agravado.
Una mujer desplazada por la fuerza en Mocímboa da Praia, Mozambique, quien fue secuestrada por un grupo rebelde y sobrevivió a dos años de cautiverio y abusos. © ACNUR/Hélène Caux
7 Marzo 2025
GINEBRA – En el Día Internacional de la Mujer de este año, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, advierte que la falta crítica de fondos está dejando a las mujeres y niñas desplazadas en un riesgo sin precedentes.
Los informes de violencia sexual relacionada con conflictos han aumentado en un 50 por ciento en los últimos años. Sin embargo, la escasez de fondos está obligando a las organizaciones humanitarias a recortar servicios esenciales en regiones afectadas por crisis.
Las casas seguras, que eran un refugio para las supervivientes en riesgo de ataques inmediatos por parte de tratantes de personas, grupos armados y otros perpetradores, han sido clausuradas. Los programas de asistencia legal, que ofrecían una vía hacia la justicia, han sido desmantelados, permitiendo que los perpetradores de violencia actúen con impunidad.
"Las mujeres y niñas que huyen de la guerra merecen encontrar seguridad. Sin embargo, en todo el mundo, ahora están en un riesgo aún mayor de violación y otras formas de violencia horrenda. Sin fondos inmediatos, más casas seguras cerrarán, más supervivientes serán rechazadas y más mujeres y niñas se enfrentarán a violencia sin apoyo médico y psicosocial. Es desgarrador e inaceptable", dijo Ruven Menikdiwela, Alto Comisionado Adjunto de ACNUR para la Protección.
La falta de fondos humanitarios globales está teniendo consecuencias devastadoras. En Sudán del Sur, solo el 25 por ciento de los espacios dedicados a mujeres y niñas en riesgo de violencia creados por ACNUR están actualmente operativos, dejando a hasta 80.000 personas sin acceso a servicios como apoyo psicosocial de emergencia y asistencia legal y médica.
Los programas para proteger a las refugiadas, particularmente a las adolescentes, del matrimonio infantil y otras formas de violencia también han sido suspendidos, poniendo a más de 2.000 de ellas en riesgo agravado.
En Etiopía, más de 200.000 mujeres refugiadas y desplazadas internas ya no tienen acceso a servicios vitales, incluida una casa segura que solía albergar a mujeres en peligro inmediato de ser asesinadas.
En Jordania, al menos 63 programas que brindan apoyo especializado a mujeres y niñas están cerrando o en espera, dejando a 200.000 personas vulnerables en comunidades de refugiados y de acogida sin ayuda.
Durante años, los programas para prevenir y responder a la violencia sexual y otras formas de violencia contra mujeres y niñas refugiadas y apátridas han salvado vidas, proporcionando seguridad, asistencia legal, atención médica y apoyo psicosocial, servicios críticos para las supervivientes que escapan de la violencia.
Sin embargo, a pesar de su importancia vital, el apoyo en esta área ha sufrido años de subinversión y solo se financió en un 38 por ciento en 2024. La crisis actual en la financiación humanitaria corre el riesgo de empujar este trabajo vital más allá del punto de no retorno.
En este Día Internacional de la Mujer, recordamos al mundo que las mujeres y niñas desplazadas no solo son supervivientes; son líderes y agentes de cambio. Debemos mantener e incrementar la inversión en su seguridad, educación y empoderamiento económico para romper estos ciclos viciosos de violencia y generar un cambio duradero.
