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Jóvenes enfrentan el cambio climático


2013-03-03
http://www.paginasiete.bo/2013-03-04/Gente/NoticiaPrincipal/154-155Gen00101010.aspx
Pagina Siete

grupo Reacción Climática es un grupo que realiza actividades para proteger el amenazado medio ambiente. Desde su creación en 2010, el colectivo de voluntarios Reacción Climática persevera en una titánica y noble misión: “aumentar la conciencia de la población sobre el cambio climático, lo que significa y lo que se puede hacer para enfrentarlo”.

Este colectivo -conformado por un grupo activo de 20 jóvenes, además de los cientos de voluntarios que participan eventualmente- realiza una serie de actividades -en La Paz y otras ciudades- para plantear soluciones a esta problemática e informar sobre sus implicancias a nivel social, económico y ambiental. Este movimiento, además de generar conciencia en la población, también desarrolla y promueve investigaciones y debates sobre temas ambientales de actualidad. “La organización se enfoca especialmente en la juventud, porque son los que se verán afectados a largo plazo por los impactos. Nuestra misión es dar soluciones y alternativas en la lucha contra esta problemática”, explica Carmen Capriles, una de las fundadoras de Reacción Climática. Todo empezó cuando Capriles y un grupo de amigos se vieron motivados a coordinar en Bolivia la campaña internacional 350.Org, que buscaba crear un movimiento global para reducir las emisiones de dióxido de carbono. Consolidado este equipo, se dieron cuenta de que también era necesario llegar a la población de otras maneras y abarcar otras temáticas referentes al cambio climático, al tratarse de un tema amplio y complejo. Con un poco de ingenio e iniciativa, este grupo desarrolló actividades abiertas con una respuesta positiva de la gente. “Cuando uno cambia de actitud, es más fácil que otros también la cambien. Ser consecuente entre lo que se dice y se hace, es determinante para que la gente se contagie y acepte el mensaje que les damos”, asegura Gadir Lavadez, otro miembro del grupo. En ese sentido, durante estos tres años realizaron una serie de campañas locales como la de limpieza en Copacabana, la de reforestación del Parque Urbano Central, la de Agua y Cambio Climático, y Desembólsate del plástico, entre otras. Realizaron visitas al nevado Tuni Condoriri y Chacaltaya y organizaron una serie de conciertos gratuitos. También talleres y seminarios sobre temáticas ambientales, dictadas por expertos extranjeros. En ellas explican cómo el aumento del consumo energético, la actividad industrial, el consumo de combustibles fósiles y la deforestación, principalmente, provocan el incremento de las emisiones de dióxido de carbono y metano a la atmósfera, que son los principales gases de efecto invernadero causantes del cambio climático. “Como resultado, los glaciares se están derritiendo y cada vez se pierden las fuentes de agua y muchas de las que quedan están contaminadas por la actividad minera, entre muchas otras consecuencias”, lamenta Capriles. Ante este panorama, Reacción Climática también decidió realizar actividades semanales que consoliden el grupo y reúnan a más jóvenes. Ariel de la Rocha, otro de los voluntarios, comenta que realizan ciclos de cine ECOnsciente, donde se proyectan películas y documentales que invitan al debate y a la reflexión. Estos eventos se realizan con el apoyo de La casa espejo y Los hijos del fin del mundo. “Ver ese tipo de material es tan impactante por la crudeza y la realidad que encara, que todos salimos abrumados y conscientes de las cosas que no estamos haciendo bien en nuestro planeta”, dice De la Rocha. También instituyeron los jueves de comida consciente, que consiste en la preparación de un variado buffet de vegetales, cereales y tubérculos, a fin de evitar comer carne. Esta alternativa está abierta a cualquier persona que busca una opción diferente a la hora del almuerzo, porque además procuran conseguir alimentos que vayan directamente del productor al consumidor. Según Capriles, la idea no es que los participantes se vuelvan vegetarianos, sino que aprendan e intenten consumir alimentos saludables que nutran el cuerpo y no afecten a otro ser vivo. Los talleres y la planificación de los proyectos se realizan en la denominada Casa de los Ninguno, un espacio acogedor que, además de ser un centro de operaciones, funciona como oficina para quien requiera información y está abierta en las tardes. Todas las iniciativas y proyectos que realizan son financiados por el mismo grupo de voluntarios. Y aunque no reciben ayuda económica del Estado ni del gobierno municipal para llevar adelante sus actividades, esto no es una limitante para perseverar con la misión que llevan adelante. “La idea es ser autogestionables con el tiempo, pero el dinero tampoco nos limita a levantar la voz y hacer algo para cambiar esta realidad en bien de todos. Sabemos que todavía hay mucho por hacer, pero es un reto para nosotros llegar a la gente y lograr un cambio que nos permita ser felices”, concluye Lavadenz.

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