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OCDE-FAO Perspectivas agrícolas: Las economías emergentes seguirán impulsando los mercados agrícolas


2024-07-10
https://www.fao.org/
FAO

Se prevén cambios importantes a escala regional en el próximo decenio

Imágen: Campo de arroz en Madagascar. ©FAO/Fanilo Randriatsizafy

02/07/2024
París/Roma – Las economías emergentes han venido impulsando cada vez más la evolución de los mercados agrícolas mundiales durante los últimos 20 años y se prevé que seguirán haciéndolo durante el próximo decenio, pero con cambios regionales relacionados con la evolución demográfica y la nueva prosperidad económica, según un informe publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La publicación conjunta OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas 2024-2033, que es la principal referencia mundial de las perspectivas a medio plazo para los mercados de productos agrícolas, celebra este año su 20.ª edición. Durante dos decenios, en el informe se han analizado las tendencias de los factores demográficos y económicos que influyen en la oferta y la demanda de productos agrícolas, se han previsto los cambios en los lugares de producción y de consumo y se han evaluado los cambios que ello ha conllevado en las pautas del comercio agrícola internacional.

Uno de los cambios destacables previsto para el próximo decenio es que la India, Asia sudoriental y el África subsahariana tendrán cada vez mayor importancia, mientras que el papel de China será cada vez menor. Si bien China representó el 28 % del crecimiento del consumo mundial de productos agrícolas y pesqueros en el decenio precedente, se prevé que en los próximos 10 años el porcentaje de demanda adicional caerá hasta el 11 %, a resultas de la reducción de la población y el menor ritmo de crecimiento de los ingresos y de la estabilización de las pautas nutricionales.

Según las previsiones, los países de la India y Asia sudoriental representarán el 31 % del aumento del consumo mundial de aquí a 2033, impulsado por el crecimiento de la población urbana y el aumento de la prosperidad. Entre las regiones cuyos países son predominantemente de ingresos bajos, se prevé que el África subsahariana representará una parte notable del consumo mundial adicional (el 18 %), debido principalmente a la demanda de alimentos impulsada por el crecimiento demográfico.

Según las previsiones, el consumo total de productos agrícolas y pesqueros (como alimentos, piensos, combustibles y otras materias primas industriales) aumentará un 1,1 % anual durante el próximo decenio y se espera que casi todo el consumo adicional se produzca en países de ingresos bajos y medianos. El aporte calórico alimentario aumentará previsiblemente un 7 % en los países de ingresos medianos, debido en gran parte al aumento del consumo de productos básicos, productos pecuarios y grasas. En cambio, en los países de ingresos bajos crecerá a un ritmo del 4 %, demasiado despacio para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) del hambre cero de aquí a 2030.

“En las Perspectivas se confirma la necesidad de adoptar estrategias encaminadas a reducir la diferencia de productividad en los países de ingresos bajos y medianos con vistas a aumentar la producción interna y los ingresos de los agricultores”, dijo el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO.

“Estas Perspectivas han sido una valiosa referencia para la planificación de las políticas, ya que proporciona una base sólida de indicios y datos sobre las perspectivas a medio plazo para los mercados de productos agrícolas”. “Según las previsiones, a lo largo del próximo decenio, el volumen de productos agrícolas comercializados en el mundo aumentará en las regiones importadoras netas y las importadoras netas, pero con cambios regionales que reflejarán el aumento del consumo mundial en los países de la India y Asia sudoriental”, afirmó el Sr. Mathias Cormann, Secretario General de la OCDE. “El buen funcionamiento de los mercados agrícolas, la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos y las formas de producción más productivas y menos contaminantes seguirán siendo sumamente importantes para la seguridad alimentaria mundial y para asegurar que los medios de vida rurales puedan beneficiarse de las cadenas de valor agroalimentarias mundiales y que lo hagan”.

Atención a la productividad y la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos


Se prevé que el incremento de la producción agrícola esté impulsado principalmente por el aumento de la productividad de las tierras existentes y no por el de la superficie cultivada, lo que conlleva la reducción de la intensidad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) de la agricultura. De igual forma, también se prevé que buena parte del crecimiento de la producción ganadera y pesquera se deba a las mejoras en la productividad, si bien el aumento del número de animales también contribuirá al crecimiento de la producción. Por consiguiente, las emisiones directas de la agricultura aumentarán previsiblemente un 5 % durante el período que abarcan las previsiones.
 
A pesar de estas mejoras previstas de la productividad, en particular en los países menos productivos de África y Asia, cabe esperar que siga habiendo grandes deficiencias de productividad que afectarán a los ingresos agrícolas y la seguridad alimentaria y aumentarán la necesidad de los países de importar alimentos. Las deficiencias tecnológicas, la escasa utilización de insumos y las condiciones climáticas naturales siguen siendo algunos de los principales factores que favorecen las desigualdades en la productividad agrícola.

Para la seguridad alimentaria mundial, seguirá siendo importante que los mercados agrícolas internacionales funcionen bien, ya que el 20 % de las calorías son comercializadas y los medios de vida rurales se pueden beneficiar de la participación en los mercados y las cadenas de valor agroalimentarias mundiales.

Los factores que dieron lugar a los máximos que alcanzaron los precios agrícolas internacionales en 2022 están aminorando y los precios internacionales de referencia reales de los principales productos agrícolas reanudarán previsiblemente su tendencia a disminuir ligeramente a lo largo de los próximos 10 años; no obstante, en este informe se señala que esto no tiene que verse necesariamente reflejado en los precios de los alimentos al por menor a escala local.

En las Perspectivas de este año se plantea una situación hipotética que simula los efectos de reducir a la mitad las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de suministro y el desperdicio de alimentos en los establecimientos de venta al por menor y en los hogares de los consumidores de aquí a 2030. En esta situación hipotética, se prevé la posibilidad de que las emisiones agrícolas mundiales de GEI se reducirán un 4 % hasta 2030, de forma relativamente uniforme en todos los países con independencia de su nivel de ingresos. También se prevé que los precios de los alimentos disminuirán, lo que dará lugar al aumento del consumo alimentario en los países de ingresos bajos y medianos en un 10 % y un 6 %, respectivamente y podría reducir el número de personas subalimentadas en 153 millones (un 26 % menos) de aquí a 2030. Aunque la simulación pone de relieve los posibles beneficios para los consumidores y el medio ambiente, también sugiere que pueden haber desafíos para los productores, ya que la disminución de los precios al productor y el descenso de la producción repercutirían notablemente en sus medios de vida.

Como en ediciones anteriores, en las Perspectivas se ofrecen previsiones decenales para los cereales, las semillas oleaginosas, los aceites vegetales, el azúcar, la carne, el pescado, los productos lácteos, además del algodón, las raíces y los tubérculos, las legumbres, las bananas y otras frutas tropicales y los biocombustibles. Las previsiones del mercado son la base de los indicadores relativos a la nutrición y las emisiones de GEI de la agricultura. Según se expone en los capítulos dedicados a los productos, algunos de los aspectos destacados de estos son:

Se prevé que la demanda de cereales seguirá estando determinada por el consumo de alimentos, seguido del consumo de piensos. En 2033, el 41 % de todos los cereales se destinará al consumo directo de los seres humanos, el 36 % se destinará a piensos y el resto será procesado para obtener biocombustibles y otros productos industriales.
 
Las dificultades relacionadas con el rendimiento de las semillas oleaginosas se mantendrán previsiblemente, ya que los principales productores están experimentando un lento crecimiento o una disminución del rendimiento, sobre todo en Indonesia y Malasia en el caso del aceite de palma y en la Unión Europea y el Canadá en el caso de la colza.

La carne de aves de corral dominará el crecimiento del sector cárnico, primordialmente debido a su relativa asequibilidad y a las ventajas nutricionales que se les atribuye. Cabe esperar que representen el 43 % de todas las proteínas procedentes de la carne consumidas hasta 2033.

Según las previsiones, la producción mundial de leche crecerá un 1,6 % anual durante el próximo decenio, más rápido que la mayoría de los otros productos agrícolas importantes. La mayor parte del crecimiento se producirá en la India y el Pakistán.

Más de 85 % de la producción pesquera prevista adicional procederá de la acuicultura, que aumentará su proporción en la producción pesquera mundial hasta el 55 % de aquí a 2033.

La información y los datos contenidos en las Perspectivas, incluidas las conclusiones principales, se pueden consultar gratuitamente en: www.agri-outlook.org. Le invitamos a incluir este enlace de Internet en los informes sobre las Perspectivas.
 

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