La influencia de las bandas armadas está creciendo exponencialmente en la capital, Puerto Príncipe, y llegó incluso al departamento de Artibonite, el granero del país. La violencia armada, incluidos los secuestros y la violencia sexual contra mujeres y niñas, también va en aumento

El primer ministro de Haití, Ariel Henry, contempla abiertamente la posibilidad de movilizar al Ejército para combatir la gravísima crisis de seguridad por la actuación de las bandas criminales en la capital, Puerto Príncipe, y otros puntos del país.
“Cuando la desesperación llega a tal punto que los hijos del país solo conciben vivir en otra parte, es hora de regresar a las bases y a quien hizo de nosotros lo que somos a través de una de las más grandes revoluciones de la historia”, declaró el primer ministro en una ceremonia militar, en referencia al histórico Ejército Indígena que protagonizó, a finales del siglo XVIII, la expulsión de las autoridades coloniales francesas.
En su discurso, recogido por Gazette Haiti, Henry indicó que la crisis dejó de ser una cuestión de seguridad pública para convertirse en un caso de seguridad nacional, y solicitó a las Fuerzas Armadas que comiencen a colaborar con los agentes, a la espera de una orden oficial, para atajar la violencia de las bandas.
“O esa gente comienza a atender a razones o les obligaremos a hacerlo”, añadió el mandatario.
Este discurso tiene lugar luego de que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, uno de los grandes aliados internacionales del Gobierno haitiano, rechazara cualquier tipo de intervención extranjera armada en el país, dejara entrever la posible incorporación del Ejército de Haití en las operaciones de seguridad.
“La intervención extranjera no funcionó para crear estabilidad a largo plazo en Haití, por lo que ahora estamos trabajando de cerca con socios en el terreno para permitir que la policía nacional haitiana y otras instituciones estabilicen el país en este momento muy difícil”, explicó Trudeau en entrevista.
También una delegación de la ONU expresó, tras dos días de visita al país, su enorme preocupación por la situación.
“La influencia de las bandas armadas está creciendo exponencialmente en la capital, Puerto Príncipe, y llegó incluso al departamento de Artibonite, el granero del país. La violencia armada, incluidos los secuestros y la violencia sexual contra mujeres y niñas, también va en aumento”, según el comunicado recogido en la web de Naciones Unidas. (Europa Press).