Los asistentes cuestionaron el trabajo de la Fiscalía mexicana que primero investigó el caso como un accidente y después banalizó la muerte de mujeres en ese país.

EFE / Monterrey,

La familia de Debanhi Escobar, la mexicana hallada muerta en el estado de Nuevo León tras dos semanas desaparecida, realizó ayer el sepelio de la joven. La ceremonia ocurrió  entre reclamos de justicia por un presunto feminicidio,  que la Fiscalía primero indagó como un accidente.

El funeral se realizó en el municipio de Galeana, en el sur del estado, tras una caravana de varias horas que partió de la ciudad de Monterrey. Se sumaron cientos de familiares, amigos y activistas con globos y consignas contra la impunidad.

“Creíamos con el corazón que la íbamos a encontrar viva, de que la íbamos a encontrar, la íbamos a encontrar, pero pasaban los días y la Fiscalía hizo mal su trabajo, no me han entregado lo que por ley me pertenece, todas las carpetas (del caso)”, expresó el padre, Mario Escobar.

El caso de Debanhi, de 18 años, despertó conmoción nacional e internacional por la imagen de ella abandonada en una carretera el 9 de abril, después de dejar una fiesta y tomar un taxi, cuyo conductor presuntamente intentó abusar de ella.

También causó indignación  la   falla en la investigación de la Fiscalía. Primero manejó el caso como un accidente y después declaró que la causa principal de la desaparición de las mujeres es por “rebeldía” y “falta de comunicación de la familia”.

El padre anunció que mostrará pruebas de un video que muestra al taxista tocar los pechos de su hija, por lo que debería considerarse principal sospechoso del acto.

“Decirles que no nos vamos a quedar callados, que esto no termina aquí”, manifestó.