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Embarazadas hacen largas filas por subsidio prenatal


2018-03-13
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Los Tiempos

El lugar de espera es un amplio galpón sin baños en la calle Araníbar.

 
 

Sabrina Lanza

Nelly  suspira una vez más  al mirar la larga fila de personas que están antes de ella. Con seis meses de embarazo lleva esperando más de tres horas para recibir su primer paquete de subsidio universal prenatal por la vida, un conjunto de alimentos para reforzar su alimentación durante su estado de gestación.

El lugar de espera es un amplio galpón sin baños en la calle Araníbar, a la altura del kilómetro 4,5 de la avenida Blanco Galindo.

Ante las deficientes condiciones del lugar y las altas temperaturas, la espera se hace más larga.

“Están avanzando muy lento, yo he venido a las 6:45 y aún no me atienden”, dice Nelly Aro a las 10:00. Se encuentra de pie, porque no encontró un asiento disponible. A su alrededor, otras futuras madres se muestran impacientes por la demora en la entrega.

El subsidio universal prenatal, financiado por el Estado y empleadores  y distribuido por el Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (Sedem), está destinado a mujeres con cinco o más meses de embarazo.

Este se compone de paquetes de cereales, miel, chocolate en polvo, frutas enlatadas, galletas, entre otros productos valorados en un total de 300 bolivianos por persona. Su entrega se realiza en cuatro puntos del departamento: Cercado, Mizque, Punata y Chimoré, hasta el octavo mes de embarazo. En comunidades lejanas el subsidio llega a través de brigadas móviles.  

Un funcionario del punto de distribución de Cercado explicó que el servicio de entrega del subsidio colapsó debido a que los médicos, responsables de realizar el control prenatal y registrar a las beneficiarias en la base de datos del bono Juana Arzuduy (requisitos  para recibir el subsidio), asistieron a talleres de capacitación.

“En estos últimos tres días, los médicos han vuelto a sus centros de salud y comunidades y han empezado a mandar a todas las mamás que no fueron atendidas, cuando estuvieron en sus talleres, a los puntos de distribución del subsidio”, manifestó.

Al día, el punto de distribución ubicado en el kilómetro 4,5 de la avenida Blanco Galindo, que abastece a todos los municipios del valle bajo, recibe 250 beneficiarias.

Las madres no reciben ningún tipo de ficha y deben mantenerse en la fila para no perder su turno. El personal a cargo es mínimo, uno en registro y otros tres en entrega de productos. “Podría ser mejor la atención pero sólo hay uno que está atendiendo”, comentó una madre que hacía fila,  Marlen Arispe.

El funcionario comentó que requieren ser trasladados a otro lugar para brindar una mejor atención.

Agregó que se identificó un ambiente más amplio, con baños y cambiadores de pañales, pero a la fecha no existe un acuerdo formal para la mudanza.

Sin horario de salida

El Sedem inicia la  entrega del subsidio a las 7:00 sin horario fijo de salida. “Trabajamos desde las 7:00 hasta que se vaya la última mamá, puede ser a las 14:00 o después”, comentó un trabajador.

Explicó que la demanda creció. En 2015, se atendían a 3.500 personas al mes, actualmente son más de 7.500. El año pasado, se llegó a un promedio de 80 mil madres, el próximo año se prevé alcanzar las 100 mil.

Otro aspecto que causa el colapso es la desinformación, en muchos casos las beneficiarias desconocen que tienen un plazo de 30 días para recoger paquetes en el área urbana y 60 en poblaciones rurales.

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