Venezuela calificó como un "acto hostil" la reunión informal que se desarrolló en el Consejo de Seguridad sobre la crisis de ese país y dijo que sólo responde a la "agenda política" de la misión de Estados Unidos ante la ONU.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, instó ayer a la ONU a actuar contra el Gobierno de Nicolás Maduro durante una reunión informal del Consejo de Seguridad en Nueva York en la que se abordó la situación en Venezuela, mientras la Unión Europea aprobó un embargo de armas.

"Es hora de tomar las medidas necesarias", manifestó Almagro en la reunión, donde pidió que el Consejo de Seguridad se ocupe de la crisis venezolana pese a la oposición de algunos de sus miembros.

Rusia, China, Bolivia y la propia Venezuela no acudieron a la reunión, convocada a instancias de Estados Unidos e Italia.

"No existe argumento político, jurídico o económico que justifique ir de la mano de los asesinos o los torturadores", manifestó Almagro horas después de que la Unión Europea (UE) aprobara sus primeras sanciones contra Maduro.

Éstas incluyen un embargo de armas y la creación de una lista negra en la que irá sumando a funcionarios, al estilo de lo que ha venido haciendo Estados Unidos, que verán congelados los activos que tengan en el bloque e impedida la entrada a él.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) abogó por "sanciones cada vez más severas" dirigidas contra el entorno político de Maduro y respaldó la reciente petición del presidente argentino, Mauricio Macri, de un embargo petrolero.

Almagro, uno de los mayores críticos de Maduro, presentó además ante el Consejo de Seguridad la situación venezolana como un riesgo de "desestabilización social y política" en la región. "Si no se toman los pasos necesarios para afrontar las serias violaciones de los derechos humanos en Venezuela, estoy muy preocupado por el efecto negativo desestabilizador que podría tener en la región como un todo", manifestó el alto funcionario.

Además criticó la llamada Ley contra el Odio, aprobada la semana pasada por la Asamblea Constituyente, el órgano impulsado por Maduro que está vaciando de poder a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición.

"Venezuela también fue objeto de críticas por parte de Estados Unidos. A través de su embajadora, Nikki Haley, ese país aseguró que Venezuela es cada vez más un "narcoestado violento" que supone una amenaza para la región y para todo el mundo.

Haley criticó que varios miembros del Consejo optasen por no participar en el encuentro y lo atribuyó a una supuesta "presión" del Gobierno venezolano para que lo hiciesen.

Por su parte, el Gobierno de Venezuela expresó su repudio a las "ilegales, absurdas e ineficaces" sanciones aprobadas por la Unión Europea contra el país, que incluyen un embargo de armas y el congelamiento de activos de acusados de violar derechos humanos.

"Las instituciones europeas demuestran su lamentable y vergonzosa subordinación a los dictámenes del Gobierno de los Estados Unidos. Siguiendo la agresiva línea de conducta de Washington, el Consejo Europeo justifica sus acciones con argumentos calcados de los documentos sancionatorios que contra Venezuela y su pueblo ha generado recientemente la administración (del presidente Donald) Trump", señaló el Gobierno en un comunicado