Reformas

La hora de la verdad


2010-05-05
http://www.la-razon.com/version.php?ArticleId=1120&a=1&EditionId=65

Hasta el 22 de julio, los asambleístas deben analizar y aprobar las leyes del Órgano Electoral Plurinacional, del Órgano Judicial, de Régimen Electoral, Tribunal Constitucional, Órgano Electoral y marco de Autonomías y Descentralización. Por su importancia, éstas son consideradas “orgánicas” o “estructurales” y, como tales, requieren del concurso de la plenitud de los miembros de ambas cámaras y no solamente de una parte de ellas.

Por lo que se conoce hasta ahora, intelectuales y técnicos del Órgano Ejecutivo y de la Asamblea Legislativa han concluido los borradores de la mayoría de esas leyes. La bancada oficialista reúne por sí sola los dos tercios de votos necesarios en Diputados y en Senadores; por lo tanto, si le interesa, escuchará el criterio de la oposición y atenderá las sugerencias que ésta pudiera hacer a sus proyectos, los que con toda seguridad predominarán en el debate previo de las comisiones. Pero si no le interesa, seguirá para adelante sin ruborizarse. La exigua oposición, ahora sí, supone una bancada más que todo simbólica. Su nula incidencia cuantitativa le impide jugar un rol protagónico y, frente a ese escenario, se espera que apueste al contrapeso en la batalla de los discursos, similar a la que tuvo —con poco éxito— durante la primera gestión de Evo Morales. La hora de la verdad está llegando. Según el presidente de la Asamblea, Álvaro García, los borradores de los proyectos de leyes del Órgano Judicial y de Régimen Electoral deberían ingresar esta semana, mientras que la próxima, otros dos. “Se están cumpliendo los cronogramas”, afirmó el domingo en la radio Panamericana. Aunque luego admitió que “no sé cuánto tiempo durará el proceso de socialización”. Una ley —y más todavía seis— no se puede aprobar a las apuradas, salvo que se utilice la temida “aplanadora”. García dice que esto no ocurrirá, que el MAS convocará a las bancadas opositoras y aceptará sus ideas para incorporarlas en los artículos, siempre y cuando su propósito no sea obstruccionista. Se ha dado prioridad a normas coyunturales, como la ley anticorrupción o de juicio de responsabilidades. Ahora, el tiempo apremia. Ojalá esta premura no sirva de pretexto para que los asambleístas, repitiendo experiencias de viejos congresos y también de la Asamblea Constituyente, se limiten a levantar las manos para aprobar textos que probablemente no alcancen a leer.

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