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Mensaje del Secretario General con motivo vigésimo aniversario de los Acuerdos de Paz en El Salvador


2012-01-16
ONU

San Salvador, 16 de enero de 2012 Pronunciado por el Sr. Anders Kompass, Director de la División de Operaciones de Terreno y de Cooperación Técnica, Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos

Es para mí un gran placer el expresar mis felicitaciones al pueblo de El Salvador al conmemorar el vigésimo aniversario de los históricos Acuerdos de Paz. Este es ante todo un día para celebrar el espíritu y la determinación del pueblo salvadoreño. En un momento en el que muchos podrían haber perdido la esperanza, la sociedad entera se involucró en un proceso valiente para poner fin al conflicto armado. De este modo, se dio vuelta de forma irreversible a una página dolorosa de la historia del país. Este día nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre las lecciones aprendidas, para la vida democrática en El Salvador y para el trabajo de las Naciones Unidas en materia de paz y seguridad. La Misión de Observadores de las Naciones Unidas en El Salvador (ONUSAL) sentó un importante precedente para la organización, ya que el Consejo de Seguridad requirió que se privilegiara un enfoque integrado para la consolidación de la paz. Fue la primera vez en la historia de las Naciones Unidas que una operación de paz recibió un mandato tan robusto de monitoreo, sobre todo en materia de derechos humanos. Para El Salvador, el mandato innovador de ONUSAL significó una asistencia a las partes del conflicto para avanzar en materia de refuerzo institucional que incluyó la transformación de instituciones clave del Estado, particularmente las Fuerzas Armadas, la policía y los mecanismos de protección de derechos humanos. Para las Naciones Unidas, el modelo de ONUSAL fue fundamental para lograr que nuestra organización se distanciara de los métodos tradicionales de mantenimiento de la paz - que se centraban en el monitoreo de situaciones de cesación del fuego - y avanzara hacia un enfoque integrado y multidimensional. Al reconocer el éxito del proceso de paz en El Salvador, no podemos olvidar que la consolidación de la paz es un proceso de largo plazo, que requiere abordar las causas profundas del conflicto. Es necesario que los beneficios tangibles de la paz se materialicen en la vida cotidiana de los ciudadanos. La atención a la desigualdad socioeconómica y los avances en la reforma de las instituciones de justicia frente a la inseguridad ciudadana son algunos de los retos que aún persisten a nivel nacional y regional. Veinte años después de la firma de los Acuerdos de Paz, la transición democrática en El Salvador sigue siendo ejemplo e inspiración para otros pueblos que sufren conflictos violentos alrededor del mundo. No me cabe duda de que El Salvador puede ahora seguir avanzando al afrontar los retos antes mencionados, convirtiéndose también en un ejemplo de consolidación de la paz. Al avanzar en esta agenda, la Organización de las Naciones Unidas seguirá trabajando con ustedes para la plena realización de las aspiraciones del país por la paz y la prosperidad. Muchas gracias.

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