“Para ello, se necesita que el desarrollo profesional del cumplimiento de la ley sea transformador por naturaleza y que las y los agentes cuenten con el material necesario para responder de manera adecuada a las diversas necesidades de seguridad de las comunidades a las que sirven”, agregó. “De igual modo, un servicio policial con perspectiva de género requiere un liderazgo experimentado para institucionalizar políticas, estrategias y mecanismos de responsabilidad sensibles al género que garanticen un liderazgo operativo eficaz y adecuado para su finalidad”.
Publicado en 2021 por ONU Mujeres, la UNODC y la IAWP, el manual ofrece pautas prácticas para que el personal policial pueda responder a la violencia contra las mujeres y las niñas con eficacia y perspectiva de género, y promover servicios policiales que sean eficaces y responsables en su respuesta a la violencia. Ante todo, busca inspirar un cambio conductual hacia servicios policiales orientados a la prevención que sean sensibles a las cuestiones de género, tengan en cuenta las experiencias traumáticas y se enfoquen en los agresores.
El manual se está implementando en más de doce países piloto, como Bangladesh, Chile, Kosovo1, Viet Nam y Tanzania.
“Notamos cambios positivos en el modo en que la policía trata los casos de violencia de género, en especial respecto de la criminalización de la violencia psicológica y el acecho, y el trabajo que llevan a cabo los equipos especializados en violencia de género”, afirmó Mette Marie Yde, la directora de Danner, la organización no gubernamental más importante de Dinamarca que ofrece cobijo y alojamiento seguro a las supervivientes de violencia contra las mujeres y las niñas.
“Sin embargo, todavía debemos mejorar el resto de la cadena judicial para que nuestras supervivientes tengan justicia”, concluyó.