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La ONU considera que es "criminal" no actuar contra el cambio climático


2007-11-13
http://www.europasur.com/198014_ESN_HTML.htm

La ONU quiso trasladar ayer un mensaje a los políticos advirtiéndoles que "no actuar" pronto contra el cambio climático es una "irresponsabilidad criminal" ya que "amenaza la supervivencia de las personas". Con estas palabras alertaba de las consecuencias del calentamiento global el máximo responsable sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, Yvo de Boer, durante su comparecencia en la inauguración de la XXVII Reunión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC) que se desarrolla en Valencia

De Boer manifestó que el mensaje para los políticos es "más que evidente" porque los efectos del cambio climático "ya se sienten" y aunque constató que "tocarán más fuerte" a los países más pobres, también se dejarán sentir en todo el mundo "amenazando la supervivencia de miles las personas". Por su parte, el presidente del IPCC, Rajendra Pachauri, premio Nobel de la Paz 2007 junto a Al Gore, señaló que esta reunión marcará un punto de partida sobre lo que debe hacer este organismo en el futuro, ya que, según ha recordado, el próximo año se cumple el vigésimo aniversario de su creación, lo que debe abrir una introspección sobre su trabajo y aportaciones. Según Pachauri, el informe de síntesis que se aprobará en esta reunión debe tener la calidad que se espera del IPCC, del que ha destacado su capacidad para aunar la "excelencia de la ciencia" y la "relevancia que se requiere en la toma de decisiones políticas". De este encuentro que se celebra en la capital valenciana hasta el 17 de noviembre, saldrá un documento que será el sucesor del Protocolo de Kioto, el plan de la ONU que obliga a 36 países industrializados a recortar sus emisiones en al menos un 5 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para 2008-2012. Este nuevo acuerdo pretende también implicar a Estados Unidos y China, los dos principales emisores mundiales que no ratificaron Kioto. Para la redacción del informe, la institución tiene de plazo hasta el próximo sábado, cuando asistirá a las conclusiones el secretario general de la ONU , Ban Ki-Moon. Sin embargo, hay algunos puntos que ya se han ido concretando. En el borrador de tratado que circuló antes de la conferencia, se responsabiliza a la actividad humana del incremento de temperaturas, que ya se sienten y cuyos efectos serán negativos, sobretodo para las comunidades más pobres de Asia y África, dice el texto, ya que su capacidad para adaptarse al cambio climático es "más limitada", al depender de los recursos naturales para su subsistencia. En relación al nuevo tratado, España ha pedido que se especifique en el documento, de forma más detallada, los riesgos a los que se enfrentan el Sur de Europa y el Norte de África y que en él se refieran al incremento de la sequía, al igual que al riesgo de incendios incontrolados en esta zona. En total, la delegación española elaboró más de 40 observaciones sobre el borrador del IPCC entre las que también se encuentran la subida del nivel del mar y la actividad humana, dos problemas que contribuyen a la pérdida de humedales y manglares e incrementan los daños por inundaciones costeras en muchas áreas. Sobre la situación de España habló en este encuentro la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien comentó en primer lugar que la lucha contra el cambio climático "escapa a lo límites de cualquier estado" por lo que instó a un "compromiso internacional" dirigido especialmente a los países menos desarrollados que cuentan "con menos recursos" y que sufren ya una nueva "brecha de desigualdad". "Peso a ser los que menos contaminan, padecen las mayores consecuencias", dijo. De la Vega comentó que queda "mucho por recorrer" en este terreno pero que España ya ha logrado "reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 4 por ciento", por lo que afirmó que "se puede crecer económicamente y reducir las emisiones". Por otra parte, nueve escaladores de Greenpeace instalaron ayer tres pancartas reivindicativas, de unos 400 metros cuadrados, sobre la estructura metálica del jardín del Umbracle, anexo al Museo de las Ciencias valenciano, que fueron retiradas más tarde.

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