Antihombres a la carta
¿Que la Ley 348 debe modificarse? Por supuesto que sí, el sistema de justicia y sus operadores instalan y replican decenas de obstáculos para que la norma no cumpla su cometido, lo sabemos.
/ 8 de mayo de 2024 / 12:53
Habló Andrónico Rodríguez, se incendian los discursos, se exhiben los fundamentalismos, afloran los indignados. Se descaran, o se desenmascaran, que para el caso es lo mismo. Nos paramos en una acera o en la otra, mientras ayer enterraron a Viviana, hoy mataron a Remigia. Mañana, con seguridad, seguiremos descontando.
¿Que la Ley 348 debe modificarse? Por supuesto que sí, el sistema de justicia y sus operadores instalan y replican decenas de obstáculos para que la norma no cumpla su cometido, lo sabemos. Así como sabemos que esta ley establece que las denuncias falsas sean sancionadas o que los hombres pueden valerse de ella para denunciar hechos de violencia.
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“No aclares que oscurece”, decían las abuelas. Andrónico no lo entendió e insistió en un desentonado discurso patriarcal, “esta ley es antihombres”, y entonces resulta que la ley es el origen de todos los males; que si ayer las mujeres fuimos brujas, hoy somos las abanderadas de una ley que destruye familias.
Pero no son los violadores los que destruyen familias, no son los padres que dejan de pagar la manutención infantil, no son los más de 50.000 hombres denunciados anualmente por violentar a sus parejas, no son los 81 feminicidas que en 2023 asesinaron a una mujer de su entorno afectivo. Ellos no, porque siempre será más cómodo culpar a las mujeres, dónde andaba, qué tomaba, cómo se vestía; preguntas que reflejan una incapacidad de preguntarse qué tienen que ver los hombres con las violencias que el patriarcado ejerce sobre las mujeres y sobre ellos mismos.
¿Antihombres? No existe un movimiento social o político que sea anti-hombres. Los feminismos no se sustentan en la discriminación ni la violencia contra los hombres. No hay grupos de mujeres organizadas para cometer actos atroces como violaciones, mutilaciones genitales o para comprar y vender cuerpos de niños, pero tienen el descaro de usar la palabra feminazi, acuñada para desacreditar al movimiento feminista, desconociendo que su apuesta es una sociedad donde hombres y mujeres vivan en igualdad derechos, condiciones y libertades. El feminismo existe como respuesta a la rabia, al dolor y la impotencia frente a un patriarcado que insiste en la falsedad de que “todos somos iguales”, aunque esa “igualdad” le cueste la vida a decenas de mujeres cada año.
¿Que los hombres sufren violencia? No lo negamos, como tampoco negamos que si un hombre denuncia a una mujer por maltrato, recibe a cambio la burla de sus congéneres y el estigma de que es “menos hombre”, pero estas etiquetas las han creado y sostenido los propios hombres.
¿Que odiamos a los hombres? El discurso de odio viene del patriarcado, no lo queremos, no lo aceptamos. No hay una agenda antihombres, lo que hay es una arremetida contra los derechos de las mujeres y contra el feminismo, un interés por ponerlo en el banquillo de los acusados, por invalidarlo equiparándolo con el machismo, por mantener el statu quo, por no perder privilegios, por la incapacidad de mirar que ni la calle, ni la escuela, ni la casa son iguales para todas y todos.
(*) Cecilia Terrazas Ruiz es feminista y comunicadora social