Reglamento para la Ley de Mercados
El 30 de marzo es el plazo que ha puesto el Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra para recibir opiniones sobre el Reglamento de la Ley de Mercados.
El 30 de marzo es el plazo que ha puesto el Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra para recibir opiniones sobre el Reglamento de la Ley de Mercados. Si no las hay, aprueban dicho reglamento y lo comienzan a aplicar de inmediato. Ya han indicado que con ese reglamento ‘arreglan’, por ejemplo, el tema de los ‘mañaneros’.
Parece que las instituciones de la sociedad civil, incluida la prensa, no han ni siquiera leído dicho reglamento, así que su peligroso contenido pasará a ser ley y será tarde para llorar después. El problema es que la ley municipal y su reglamento están hechos exclusivamente desde la perspectiva de los gremiales, concibiendo la ciudad y, en especial, sus espacios públicos como un gran mercado que se debe solo reglamentar. “Es su derecho”, como diría Evo Morales, pero la sacrificada será la ciudad.
La ley y sus reglamentos no son solo para los mercados o, más en general, el abastecimiento, como dice el nombre; en realidad pretenden abarcar toda la actividad económica que se desarrolla en espacios públicos de la urbe, ya que en su Título V habla de “actividades comerciales en vías, áreas verdes y espacios de equipamiento” bajo tres modalidades: ferias itinerantes, ferias estacionales y actividades comerciales en espacios públicos. Como ejemplo, en las ferias itinerantes se permite la venta de “…detergentes, escobas, artículos de bazar, librería…”. Es decir, son verdaderos mercados de abarrotes.
Esta visión económica de los espacios públicos no está contrapesada con normas urbanísticas que, de alguna manera, limiten su uso. Se da por descontado que todo espacio público puede ser destinado para vender, bajo ciertas normas ya de detalle. Las solicitudes son aprobadas directamente por la Secretaría de Defensa Ciudadana, donde hacen el cobro, sin participación de la Secretaría de Planificación.
En los hechos permiten autorizar actividad económica en cualquier parte, pues no se fijan ni siquiera criterios mínimos para limitarlos, ni se da margen para que la Secretaría de Planificación pueda frenar excesos.
Pero hay dos perlas más que quisiéramos mencionar, una se refiere al pedido de que las líneas de micros pasen por todos los mercados, lo cual es un atentado contra la ciudad, cuando lo que habría que hacer es crear el boleto múltiple para llegar a los mercados con un cambio de línea sin costo adicional.
Por último, el uso de losas sobre los canales que se plantea para el comercio ambulante es incompatible con las necesidades de la movilidad urbana, que debe incluir ciclovías, carriles para transporte público, estacionamiento y aceras amplias