El derecho a la vida
Un grupo de obreros ha comenzado con la remodelación de la pista de tartán del estadio Hernando Siles, pero ninguno de ellos lleva casco ni ropa de trabajo adecuados. En las construcciones de edificios nuevos hay trabajadores que cuelgan de elevados andamios para coronar sus obras verticales; ellos tampoco están provistos de las medidas de seguridad necesarias. Las personas que alquilan cuadriciclos en Mallasa o Achocalla tampoco tienen cascos y los conductores del servicio público, radiotaxis incluidos, abrochan sus cinturones de seguridad solo cuando avizoran en su camino a los efectivos de la Policía de Tránsito. Éste es el paisaje de muchas de nuestras ciudades y que, tristemente, se matizan con accidentes. ¿Respetamos la vida?
“Toda persona tiene derecho a la vida y a la integridad física, psicológica y sexual. Nadie será torturado ni sufrirá tratos crueles, inhumanos, degradantes o humillantes. No existe la pena de muerte”, establece el artículo 15 de la Constitución. ¿Existe una política promovida desde el ámbito público para cumplirla? (Silencio) La reflexión también recae en la sociedad, en la gente que requiere revalorizar el sentido de la vida, el principal bien de una nación que aspira al progreso integral.