Ministro de relaciones exteriores de Corea del Sur, Ban Ki-moon, fue elegido por unanimidad como el próximo Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Ban Ki-moon, quien reemplazará a Kofi Annan, recibió los votos de los 192 miembros de la Asamblea General de la ONU y tomará posesión del cargo el 1º de enero de 2007, por un período de cinco años. Su elección era considerada una mera formalidad, ya que nunca en la historia del organismo internacional la Asamblea ha rechazado un candidato que haya sido postulado por el Consejo de Seguridad, cuyos 15 integrantes lo nominaron también por unanimidad. Así, a sus 65 años, Ban Ki-moon se convierte en el segundo hombre de origen asiático en estar a cargo de la ONU, después de que lo hiciera el birmano U Thant entre 1961 y 1971. El canciller surcoreano será además el decimoquinto Secretario General desde la creación, en 1946, de Naciones Unidas. "Mente global" Luego de conocer la noticia, Ban Ki-Moon dijo a los delegados que se sentía "profundamente honrado" y que utilizaría el cargo para asegurar que la organización pudiera alcanzar más objetivos. "La verdadera medida del éxito para la ONU no es cuánto prometemos, sino cuánto podemos ayudar a aquellas naciones que más lo necesitan", señaló. Por su parte, el actual Secretario General, Kofi Annan, describió a su sucesor como "alguien que está excepcionalmente en sintonía con las sensibilidades de los países de todos los continentes". "Un hombre con una mente globalizada al mando de la única organización universal del mundo", agregó. Ki-moon llega en un momento clave para la región asiática, debido especialmente a la creciente influencia de China en el mundo, los deseos de Japón de buscar un puesto permanente dentro del Consejo de Seguridad y la alta tensión nuclear que se vive en la península coreana, entre otro temas de importancia. Recibe de Kofi Annan unas Naciones Unidas en pleno proceso de reforma, duramente criticada por las denuncias de corrupción en el programa Petróleo por Alimentos con Irak, las acusaciones sobre abuso sexual en algunas misiones de paz y la falta de transparencia en los manejos financieros de la entidad. A pesar de ser un experto negociador, algunos critican la personalidad pasiva de Ban Ki-moon , cuestionando si tendrá la fuerza que se requiere para hacer los cambios que necesita la ONU.