Legislación y prácticas en materia de asilo deben resistir a la política del miedo y la exclusión, advierten expertos en derechos humanos de la ONU
Son varios los países y las comunidades en el mundo que están dando un valioso ejemplo al acoger a las personas refugiadas; así, demuestran cómo se puede garantizar y ejercer el derecho a solicitar asilo empoderando a las personas refugiadas y dándoles la oportunidad de contribuir plenamente en las comunidades de acogida.
Washington, D.C. / GINEBRA – Previo al Día Mundial del Refugiado, que se conmemora mañana, la Plataforma de Expertos Independientes sobre los Derechos de los Refugiados (PIERR, en inglés) – un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU y de instancias regionales, así como titulares de mandatos – declaró lo siguiente:
"Son varios los países y las comunidades en el mundo que están dando un valioso ejemplo al acoger a las personas refugiadas; así, demuestran cómo se puede garantizar y ejercer el derecho a solicitar asilo empoderando a las personas refugiadas y dándoles la oportunidad de contribuir plenamente en las comunidades de acogida.
En otros sitios, no obstante, diversas leyes, políticas y prácticas restringen el asilo, pues se basan en la política del miedo y de la exclusión. En un año en el que habrá elecciones en más de 80 países, el discurso racista y xenófobo se ha acentuado. Las personas refugiadas y solicitantes de asilo se han convertido en un chivo expiatorio para obtener victorias políticas; del mismo modo, se ha trivializado o ignorado el sufrimiento de niñas, niños, mujeres y hombres forzados a abandonar sus hogares.
En este Día Mundial del Refugiado instamos a los Estados a colaborar para proteger los derechos fundamentales a solicitar y disfrutar del asilo; también los instamos a contrarrestar los retrocesos que están erosionando los principios clave de los derechos humanos. Dicho de otro modo, instamos a rechazar y desistir de acciones y políticas como la externalización de los procedimientos de asilo, la detención arbitraria de solicitantes de asilo, las expulsiones colectivas, y las devoluciones en mar y tierra.
Los Estados deben respetar los derechos humanos y cumplir con otras obligaciones internacionales, incluido el principio de no devolución, que les prohíbe devolver a las personas a países en los que su vida o su libertad corran peligro, o bien donde puedan sufrir tortura, castigos, o tratos crueles, inhumanos o degradantes, o enfrentar peligros o daños irreparables.
En diciembre de 2023 se conmemoraron los 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), que consagra el derecho a solicitar y disfrutar del asilo como un derecho humano fundamental que se sustenta en nuestra humanidad compartida y en el derecho a la protección.
La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 se inspiró en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como lo hicieron muchos otros instrumentos regionales e internacionales que son esenciales y vinculantes en materia de derechos humanos. Todos ellos protegen a las personas forzadas a huir de sus países y reflejan la responsabilidad que comparten los Estados en cuanto a proteger, promover, respetar y garantizar los derechos de estas personas. Al respecto, instamos a los Estados a ratificar los instrumentos de derechos humanos y de los refugiados pertinentes si aún no lo han hecho; también a retirar las reservas que limitan la protección que reciben las personas refugiadas y solicitantes de asilo, y que les obstaculizan el disfrute pleno de derechos fundamentales.
Por otra parte, exhortamos a los Estados a reconocer y reforzar nuestra responsabilidad legal compartida de defender y proteger los derechos humanos de las personas forzadas a huir.
La Plataforma de Expertos Independientes sobre los Derechos de los Refugiados está preparada para colaborar con los Estados y con la comunidad internacional con la intención de construir un mundo en el que ninguna persona tenga que cruzar una frontera para salvaguardar su vida o su libertad. Falta poco para la Cumbre del Futuro, así que debemos trabajar de manera conjunta para proteger el derecho humano a solicitar asilo; también para edificar sociedades inclusivas y equitativas que, además de acoger a las personas refugiadas, protejan y respeten sus derechos".
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.
No. 149/24
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