La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) instaron hoy a que todas las vacunas lleven incorporados monitores de viales, unas etiquetas sensibles a los cambios de temperatura, que indican cuando el producto se ha estropeado.

Estos monitores permiten transportar las vacunas a zonas remotas, donde antes no se llevaban por temor a que no aguantaran las condiciones del viaje. Desde que se introdujeron hace diez años, se han implantado más de 2.000 millones de monitores, que han ahorrado a la comunidad internacional unos 5 millones de dólares. Para la próxima década, se prevé reconocer y cambiar más de 230 millones de vacunas estropeadas. La OMS y UNICEF pidieron también a las organizaciones no gubernamentales, a los organismos internacionales y a la comunidad de donantes que hagan uso de los monitores de viales en las vacunas como un estándar mínimo de calidad.