Secretario General propone explorar y comparar políticas sobre migración
2006-06-20
Naciones Unidas
El Secretario General de la ONU, Kofi Annan, presentó hoy a la Asamblea General un informe sobre migraciones en el que plantea crear un foro internacional en el que los gobiernos exploren y comparen distintos enfoques y políticas sobre el tema.
“Desde que se inventaron las fronteras nacionales la gente las ha cruzado, no sólo para visitar otros países, sino también para vivir y trabajar en ellos. Al hacerlo casi siempre ha corrido riesgos, impulsada por una determinación para sobreponerse a la adversidad y tener mejor calidad de vida”, señaló Annan. Agregó que, históricamente, la migración ha aumentado el bienestar no sólo de los migrantes como individuos, sino de la humanidad en su conjunto. Esta afirmación sigue siendo cierta: las investigaciones muestran que la migración beneficia no sólo a los migrantes, sino también a las naciones receptoras y a las de origen, sostuvo el titular de la ONU. Explicó que en los países receptores los migrantes llevan a cabo labores esenciales que los residentes establecidos se niegan a efectuar, pero aclaró que no sólo se ocupan de actividades simples. Cerca de la mitad de los migrantes de 25 años o más que viajaron a países industrializados en la década de 1990 estaba constituida por gente con altos niveles de preparación. Los migrantes también amplían la demanda de bienes y servicios, se suman a la producción nacional y, generalmente, aportan más al Estado en impuestos que lo que usan en servicios sociales y otras prestaciones. En regiones como Europa, donde las poblaciones crecen muy lentamente o no crecen, los trabajadores extranjeros ayudan a subsidiar sistemas de pensiones que carecen de fondos, apuntó Annan. En general los países que aceptan migrantes y los integran con éxito a sus sociedades se encuentran entre los más dinámicos económica, social y culturalmente a escala mundial, subrayó. Mientras tanto, las naciones de origen se benefician de las remesas, las cuales ascendieron a 232.000 millones de dólares el año pasado, de los cuales 167.000 millones se destinaron a países en desarrollo, una cantidad mayor a los niveles actuales de ayuda oficial de todas las naciones donantes en su conjunto. Aunque, por supuesto, las remesas no son sustituto de la ayuda oficial, puntualizó. Cada vez más gobiernos comprenden que sus ciudadanos en el exterior pueden ayudar al desarrollo. Por consiguiente están estrechando sus lazos con ellos al permitirles doble nacionalidad, voto en el extranjero, expandir los servicios consulares y trabajar con migrantes para el desarrollo de sus comunidades. Sin embargo, Annan recordó que la migración tiene su lado negativo e indicó que algunos de los peores efectos surgen del esfuerzo por controlarla: los migrantes irregulares o indocumentados son los más vulnerables a los contrabandistas, traficantes y otras formas de explotación. Pero los países están aprendiendo a manejar esos problemas y pueden hacerlo mejor si trabajan juntos y aprenden uno del otro. Ese es el propósito del diálogo de alto nivel sobre migración y desarrollo que la Asamblea General llevará a cabo en septiembre, señaló. No es cuestión de detener la migración, sino de administrarla mejor, con mayor cooperación y entendimiento de todas las partes. En vez de ser un juego en el que todos pierdan, el fenómeno puede producir beneficios para todos, recalcó el Secretario General.