Un programa orienta a las mujeres mineras de pequeña escala para que sean líderes en su comunidad y que ocupen cargos de responsabilidad para que generar en un futuro sus propios recursos económicos.

Daniela Romero L. / La Paz

Cuando en una de las reuniones de su comunidad minera sus compañeros varones le dijeron que se calle, Mery Machicado se tuvo que imponer y, lejos de guardar silencio, habló más fuerte. Sólo así logró que la escuchen y desde ese momento se convirtió en una líder de las mujeres mineras de La Joya, a cinco horas de Sorata, en el departamento de La Paz.

Machicado forma parte del Programa Mentoría de mujeres líderes mineras de la MAPE, implementado por la empresa Cumbre del Sajama con el apoyo del Programa Global de Apoyo para las Industrias Extractivistas (EGPS) del Banco Mundial.

La líder minera forma parte de la Red Nacional de Mujeres y Minería  hace cinco años y su vida cambió por completo. Ahora ella es una guía para sus compañeras que viven de la minería artesanal y pequeña escala.

Ana María Araníbar, gerente general de Cumbres del Sajama y coordinadora nacional de la Red Nacional de Mujeres y Minería, explicó que en primera instancia el programa llegó a grupos grandes de mujeres mineras y después se formaron grupos de ocho o de 10. Son cinco municipios de Bolivia en los que se trabajó sobre liderazgo, normas vigentes, seguridad en la labor minera, medio ambiente, comercialización, entre otros.

“Se quiere que las mujeres se formalicen, que haya un reconocimiento de las mujeres mineras. También que haya un buen manejo del cuidado ambiental y social en la comunidad”, dijo.

El objetivo precisamente es el de contribuir al fortalecimiento de la participación de las trabajadoras dedicadas a la actividad minera en sus comunidades, promover su autoorganización y apoyar procesos de formalización de las operaciones mineras de pequeña escala.

Mery reconoce que el círculo de la minería es muy cerrado y que fue “una lucha sin cuartel” para lograr que las mujeres tengan cargos de responsabilidad en la comunidad. “Somos la voz de las que no pueden hablar, les decimos a ellos que tenemos derechos, capacidades, pedidos de cargo y yo logré entrar a ese círculo. No queremos estar por encima de los compañeros, queremos tener las mismas responsabilidades y los mismos derechos”, aseguró la líder minera. Las mujeres mineras forman parte de los grupos más vulnerables afectados ante la pandemia debido a que se vieron sin recursos  para enfrentar la crisis. Una gran mayoría de ellas son viudas, divorciadas o madres solteras, por lo que deben generar sus propios ingresos económicos.

Araníbar señaló que el programa continuará para seguir con la capacitación de las mujeres mineras. “Nos falta un enfoque de género en el sector minero”, advirtió, por lo que la idea de que haya más mujeres líderes en ese contexto es urgente. Mientras Mery puede afirmar que la situación en La Joya ha cambiado. “Ya nos respetan, veo mujeres en los directorios y pienso que no ha sido en vano el trabajo”, aseguró. Siempre que puede, impulsa a sus compañeras a que se inclinen al liderazgo.

• Municipios  En total son 304 mujeres mineras de los municipios de Tipuani (114), Atocha (54), San Ramón (57), Oruro (51) y Riberalta (28), quienes fueron informados sobre el proyecto y participaron en los talleres de capacitación.
• Mentoría  Una mentora es alguien que actúa como asesor de una persona con menos experiencia, a quien se reconoce como su mentorada. Se buscan personas que trabajan en su mismo campo donde se necesita desarrollar habilidades y conocimientos. La mentora ayuda a la mentorada a crecer y desarrollarse como profesional, ofreciendo consejos basados en sus conocimientos o experiencia más avanzados.
• Pasos  Una decena de estas mujeres serán seleccionadas por su desarrollo y competencias para ser mentoras.