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Caridad, paliativos y migración, así se enfrenta el cáncer en 9 regiones


2018-10-18
Página Siete
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Son las únicas alternativas de los pacientes con cáncer en Bolivia.

Anahí Cazas / La Paz

La caridad, los paliativos y la migración son las únicas alternativas de los pacientes con cáncer en Bolivia. Página Siete recorrió las nueve regiones del país y constató que los enfermos que enfrentan este mal sufren por falta de equipos, infraestructura y recursos humanos.

En La Paz, mientras unos pacientes salen a protestar a las calles, los que tienen menos fuerzas o sufren un cáncer avanzado se quedan en una de las precarias salas del Hospital de Clínicas. La semana pasada murió uno de ellos, Gabriel Lutero. “Era un gran luchador que peleó no sólo por él, sino por todos los pacientes que sufren cáncer”, dijo uno de sus compañeros.

Los pacientes con cáncer de La Paz, en especial los del hospital público, se encuentran en pie de lucha desde que en el mes de junio el Servicio Departamental de La Paz (SEDES) cerró por seis meses la Unidad de Radioterapia del Hospital de Clínicas por falta de equipos y especialistas.

Los enfermos de La Paz no son los únicos que sufren el olvido de las autoridades.

En el departamento de Potosí no se tiene nada para tratar el cáncer. No hay equipos, no hay especialistas y menos infraestructura. Con un tono de resignación, el director del Hospital Daniel Bracamonte, Vladimir Camacho, revela que “actualmente como Potosí y como hospital de tercer nivel no se tiene una unidad de oncología”.

Todos los potosinos que sospechan que tienen cáncer se van a Sucre. En esa ciudad, el Instituto Nacional de Cancerología Dr. Cupertino Arteaga, que se ha convertido en la esperanza de los enfermos con cáncer, recibe 40 pacientes por día. Este centro es financiado por la Universidad San Francisco Xavier.

En Oruro , el único oncólogo del sistema público de salud sólo tiene guantes y barbijo para atender a los pacientes con cáncer. Cuenta que ve con impotencia cómo un número indefinido de orureños, en especial del área rural, deciden no iniciar un tratamiento contra el cáncer por falta de recursos económicos. Entonces, las únicas opciones, para los enfermos sin dinero son la morfina y el encierro.

En Tarija, pese a tener un seguro de salud gratuito, los ciudadanos que luchan contra esta enfermedad cruzan la frontera para buscar un tratamiento contra el cáncer en hospitales de Argentina. Otros viajan a Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.

En Trinidad (Beni), uno de sus establecimientos de salud más concurridos, el Hospital Germán Busch atiende casi todas las especialidades, pero todavía no tiene Oncología.

En Pando, la situación es dramática. Los pacientes cruzan la frontera rumbo a Brasil o se trasladan a Santa Cruz para buscar atención.

En Cochabamba, en el oncológico pediátrico Manuel Asencio Villarroel del Hospital Viedma, los familiares y voluntarios instalan un mercado para costear sus medicamentos.

En Santa Cruz es un secreto a voces que el Oncológico del Oriente Boliviano sobrevive gracias a las fundaciones y voluntarios. En este hospital especializado en el tratamiento del cáncer, los 35 oncólogos y los cinco pediatras oncólogos trabajan tiempo extra para atender a todos los pacientes.

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