La información corresponde al segundo informe del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) que depende del Ministerio Público y que fue divulgado este miércoles por la familia de la víctima que asegura que el estudio irrefutable.

La funcionaria Ana Lorena Tórrez murió por un disparo de un arma de fuego de grueso calibre que provino del segundo piso de un edificio contiguo a Eurochronos, una joyería cruceña a la que un grupo de delincuentes intento atracar violentamente en julio de 2017 con un saldo de cinco muertes.

Así lo establece el segundo informe del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) que depende del Ministerio Público y que fue divulgado este miércoles.

“Sabemos cuántos individuos habían en ese lugar y perfectamente lo demuestra y lo detalla el informe. Desde la posición del victimario, la posición de la víctima, la trayectoria balística, de manera de que incontrastable”, señaló el abogado de la familia Flores, Jorge Santistevan, a la red Bolivisión.

Un primero reporte del mismo carácter se concluyó en agosto de ese año y fue entregado a los fiscales que investigan el caso, indicó en ese entonces el fiscal General, Ramiro Guerrero.

Las primeras hipótesis daban cuentan que el disparo que terminó con la vida de Tórrez salió de un arma que usaron los delincuentes.

En ese ínterin, la familia de la víctima salió al frente y sobre la base de otra pericia a cargo del consorcio Abogados Unidos que ellos mismos contrataron, señalaron a la Policía como responsable.

“Se tiene que hacer justicia, en este país no tiene que haber nadie que goce de impunidad y tampoco de inmunidad y no vamos a descansar hasta que se sancione drásticamente y como corresponde al individuo que victimo a Ana Lorena”, sostuvo.

El hecho ocurrió durante la mañana del 13 de julio en el centro de la capital oriental. Un grupo de antisociales armados ingresó a la joyería pero poco después fueron descubiertos y la Policía activó una especie de cerco que los delincuentes trataron de romper para huir tomando como “escudos humanos” a los que estaban a su alcance, entre ellos a la gerente Ana Lorena Tórrez.

Para la defensa de la mujer, el entonces comandante de la Policía de Santa Cruz, coronel Rubén Suárez, tiene responsabilidad en el hecho. El uniformado ya prestó declaraciones en la Fiscalía por este asunto.

“La orden para disparar no precisamente es individualizada, sino en conjunto (…) hay un comandante responsable que no da la cara porque dice que no hubo comando y no puede ser posible”, reclamó Santistevan.